La Hielera

Por Alba Malaver

Al cruzar el río, nos agarró “migración”. Me separaron de mi mamá. Teníamos que estar todos los niños; mamás aparte, niños aparte. Solo había un baño. El baño estaba enfrente y todos lo podían ver cuando uno hacía sus necesidades. Era como… como una cárcel. De ahí nos llevaron a otra. Allá dormidos en un colchón. Eran como redes, como un cerco, así, y nos arropábamos con aluminio, papel aluminio. Estaba frío. Yo ahí solo. La miraba de lejos cuando pasaba a comer. La saludaba con mi mano.

Un largo viaje. Difícil para mí porque dejé mi escuela, mis estudios, los deportes; porque tuve que despedirme de nuestra familia en el cantón, de mis hermanos, de mis cuadernos, de mi papá, y atravesar caminos peligrosos. Despedirme de mi abuela pensando que nunca más la volvería a ver. [Toda mi vida había vivido con ella]. Caminando. En carros. Durmiendo en montes. Tuvimos que nadar para pasar la frontera, pero lo más difícil fue pasar por inmigración, por “la hielera” que le dicen.

Cuando salimos, salimos juntos.

(Basado en hechos reales)

12 de Diciembre, 2020